Mapa de la ciudad y puerto de Cádiz y su bahía (España), hacia 1695. Nicolas de Fer
187,50€
Dimensiones | 274 x 365mm |
Dimensiones del grabado | 210 x 281mm |
Descripción del artículo
Grabado de placa de cobre, realizado por el cartógrafo francés, Nicolas de Fer y publicado en Paris, hacia 1695
Mapa orientado (con bella Rosa de los Vientos) al norte de la zona alrededor de la ciudad portuaria de Cádiz y su bahia (España). El mapa muestra la bahía de Cádiz con las costas adyacentes. El foco es la ciudad portuaria de Cádiz, estratégicamente importante, en la península en el Atlántico. Abajo a la izquierda un bello y gran cartela barroca. En su interior, el título en francés. En y al lado de la cartela varias figuras alegóricas.
Su estado de conservación es muy bueno teniendo en cuenta su antiguedad, con fuerte y oscura impresión en papel verjurado antiguo con marca de agua (escudo heráldico, con corona y león) en amplios márgenes blancos. Con borde de placa circunferencial. Ver fotografías.
Nicolás de Fer (1646-1720). Uno de los cartógrafos franceses más prolífico e influyente de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, fue Nicolás de Fer (1646-1720), hijo menor del editor y comerciante de mapas y estampas, Antoine de Fer. Comenzó su carrera como aprendiz del grabador Louis Spirinx y más tarde se incorporó a la empresa familiar donde pronto destacó en la producción de mapas de la actualidad: sobre las nuevas conquistas de Luis XIV o los viajes y descubrimientos de nuevos territorios. En 1687 se hizo cargo del negocio editorial que había sido continuado por su madre tras la muerte de su padre en 1673. La empresa alcanzó un gran impulso, sobre todo a partir de 1690, cuando recibió el apoyo oficial del Delfín de Francia, firmando sus mapas como "Nicolas de Fer geographe du Dauphin". En los siguientes años su carrera fue imparable convirtiéndose sucesivamente en el geógrafo oficial del Rey de España, Felipe V y, tras la muerte del Delfín en 1711, geógrafo oficial de los reyes franceses. Con ese apoyo real, sus mapas inevitablemente se convirtieron en portavoces de la propaganda borbónica, haciendo suyo el expansionismo político y territorial del Rey Sol.