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Imagen de la virgen vestal romana Lala, 1679. J. Sandrart

175,00€
131,25€

Dimensiones 415x255mm
Dimensiones del grabado 325x217mm

Descripción del artículo

Hoja  extraída de la edición publicada  durante 1679 de " Sandrart´s Teutsche Academie", por el famoso historiador Joachim Von Sandrart (1606-1688) . La hoja  muestra un grabado conseguido mediante placa de cobre y coloreado, en el que podemos ver con todo detalle una imagen de una de las vírgenes vestales romanas, en este caso de una, cuyo nombre era Lala, como se puede leer en la parte superior del grabado.  El dibujo cuenta además con numerosos detalles decorativos en el pedestalsobre el que se sitúa la escultura, como representaciones de querubines y animales y en la parte posterior, más detalles armamentísticos, vasijas...

Se encuentra en buen estado de conservación, teniendo en cuenta su antigüedad. (Ver fotografías).

 Joachim Von Sandrart (1606-1688) . Fue un pintor e historiador de arte barroco alemán, activo en Amsterdam durante el Siglo de Oro holandés. Es mejor conocido como autor de libros sobre arte, algunos de ellos en latín, y especialmente por su trabajo histórico, Teutsche Akademie.

"Las vestales eran seleccionadas entre las mejores familias patricias de Roma, las más distinguidas, las más ricas, las más poderosas. Las niñas, que tenían entre seis y diez años, debían ser perfectas, no sufrir ningún defecto físico y contar con una natural belleza. Las pequeñas eran separadas de sus familias para ingresar en el templo y dedicar sus vidas, exclusivamente, al servicio de la diosa virgen durante, al menos, los siguientes treinta años.

Durante los diez primeros años, las vestales se convertían en estudiantes, aprendiendo todo lo relacionado con la religión, el culto a Vesta y las diferentes tareas en el templo. La segunda década la dedicaban al cuidado de la Llama Sagrada y a la participación en ceremonias de consagración. Durante sus últimos diez años se convertían en maestras de las jóvenes discípulas. Tras todos estos años de servicio a la diosa, cada virgen vestal podía decidir si quería abandonar definitivamente el templo o vivir en él para el resto de sus días. Pocas eran las que elegían vivir fuera de la protección de los muros del templo. No sólo porque una mujer de casi cuarenta años era prácticamente una anciana en la antigua Roma, sino porque ser una virgen vestal era unos de los mayores privilegios que una mujer podía disfrutar en Roma.

Las vírgenes vestales eran tratadas casi como diosas encarnadas. Respetadas y adoradas por todos, eran invitadas a grandes banquetes y fiestas organizadas por las más grandes y pudientes familias romanas. Ocupaban los mejores asientos en teatros y celebraciones, cuando salían del templo lo hacían siempre escoltadas por lictores, y su mera presencia llegaba a ser tan importante que un condenado podía llegar a ser perdonado por su crimen en caso de que en su camino hacia la ejecución una virgen vestal se cruzara con él. Incluso podían participar en el veredicto a un gladiador.

Vestían túnicas blancas confeccionadas con el mejor y más fino lino, ribeteadas con hilo de color púrpura. Sobre sus cabezas lucían siempre una diadema a la que llamaban  vitta. Eran la viva imagen de la pureza y la castidad. Nadie osaba tocarlas, un simple gesto irreverente hacia una de las elegidas de Vesta podría significar la muerte de quien osara ofenderlas. Pero disfrutar de tal distinción en la antigua sociedad romana conllevaba al mismo tiempo el mantenimiento de los votos que las vírgenes vestales habían jurado mantener desde niñas....."