Asedio y toma de Bouchain (Francia). Guerra Sucesión de España, 1720. Decker/Schifflin/Wollf
Dimensiones | 535x440mm |
Dimensiones del grabado | 450x360mm |
Descripción del artículo
Grabado de placa de cobre, dibujado por Paul Decker, the helder (1677·1713) y grabado por Georg Heinrich Schifflin (1666·1724) y editado por Jeremias Wolff Erben (1663·1724), en Amsburgo en 1720.
El grabado de gran formato, representa el asedio y toma de la ciudad francesa de Bouchain en 1711, en uno de los episodios de la guerra de Sucesión Española, por parte de las tropas aliadas. Está rodeado o encuadrado con una extraordinaria moldura barroca, ricamente decorada con figuras alegóricas, trofeos de armas,..
En primer plano, el campamento del ejército aliado bajo el mando del duque de Marlborough. Detrás de ella, la fortaleza ardiente, defendida por las tropas francesas. En medio una multitud de soldados a pie y a caballo, en diferentes actitudes. En la parte superior, una bella cartela en cuyo interior poseemos el plano de las fortificaciones de Bouchain y sus alrededores. En la parte inferior, en el centro, posee una explicación del acontecimiento bélico en italiano, circunstancia ésta muy rara, lo que hace de este grabado muy difícil de encontrar.
Ya más abajo, en línea horizontal, de izquierda a derecha, el nombre de los autores del grabado. El grabado en si, el editor y la ciudad en la que se publico y el dibujante.
Se encuentra en buen estado de conservación, teniendo en cuenta su antigüedad, con pequeñas rasgaduras en sus bordes y algunas manchas de humedad, que no afectan para nada al grabado en si. (Ver fotografías)
En la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) varias potencias europeas se combinaron para detener la sucesión francesa al trono español y lo que probablemente habría sido un cambio resultante en el equilibrio de poder europeo. Fue un gran conflicto europeo e incluyó la Guerra de la Reina Ana en América del Norte. La guerra estuvo marcada por la dirección militar de generales notables como el duque de Villars, el duque jacobita de Berwick, el duque de Marlborough y el príncipe Eugenio de Saboya.
En 1700, Carlos II de España murió y legó todas sus posesiones a Felipe, duque de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV de Francia, que se convirtió así en Felipe V de España. La guerra comenzó lentamente, cuando el emperador del Sacro Imperio Romano Leopoldo I de Habsburgo luchó para proteger el derecho de su propia dinastía a la herencia española. Sin embargo, cuando Luis XIV comenzó a expandir sus territorios de forma más agresiva, otras naciones europeas (principalmente Inglaterra, Portugal y la República Holandesa) ingresaron del lado del Sacro Imperio Romano para controlar la expansión francesa. Otros estados se unieron a la coalición que se oponía a Francia y España en un intento por adquirir nuevos territorios o proteger los dominios existentes. España misma cayó en una guerra civil sobre qué candidato tendría éxito en el trono. La guerra se libró no solo en Europa, sino también en América del Norte, donde el conflicto se hizo conocido por los colonos ingleses como la Guerra de la Reina Ana, y por los corsarios y corsarios a lo largo de la capital española. En el transcurso de la lucha, unas 400,000 personas fueron asesinadas.
La guerra se centró en España y Europa occidental y central (especialmente en los Países Bajos), con otros enfrentamientos importantes en Alemania e Italia. El príncipe Eugenio y el duque de Marlborough se distinguieron como comandantes militares en los Países Bajos.
La guerra fue concluida por los tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714). Como resultado, Felipe V permaneció como rey de España pero fue removido de la línea de sucesión francesa, evitando así la unión de los dos reinos. Los austriacos ganaron la mayoría de los territorios españoles en Italia y los Países Bajos. Como consecuencia, la hegemonía de Francia sobre la Europa continental se terminó, y la idea de un equilibrio de poder se convirtió en una parte del orden internacional debido a su mención en el Tratado de Utrecht.