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Descripción del artículo

Estas cajas cerilleros se usaban antiguamente, para guardar los fósforos en su interior, para mayor seguridad y conservación de los mismos. Se abren por la parte superior y eran encendidas gracias a unas estrías que lleva en su parte inferior. Normalmente están profusamente decoradas por ambas caras con filigranas de motivos vegetales y poseen una cartela o recuadro liso en la principal, para grabar dentro del mismo, las iniciales del propietario. En la zona alta de un lateral o en el centro de la parte superior tiene una anilla, para poder llevarla colgada por medio de una pequeña cadena. Estas piezas están muy cotizadas por los coleccionistas.

Las medidas de esta pequeña caja de plata para cerillas son las siguientes: 37 milímetros de alto; 25 milímetros de ancho; 5 milímetros de grosor; y 19 gramos de peso.

Ambas caras presentan una bella decoración floral, conseguida a base de filigrana cincelada íntegramente a mano. En el centro del anverso, posee una pequeña cartela rectangular inclinada, con el interior liso, para grabar las iniciales del propietario. El reverso es ligeramente curvo. En la parte superior tenemos la tapa, que se ajusta perfectamente, en la inferior, la zona dentada para encender los fósforos y en un lateral tiene una anilla, para poderla llevarla colgada.

El estado de conservación es muy bueno, aún teniendo las marcas y los desgastes propios del uso, en una pieza de más de cien años.

Está realizada en plata maciza de 925 milésimas y tiene sus correspondientes punzones de calidad y procedencia que lo acredita. Así tenemos que, abriendo la tapa, podemos ver los punzones o contrastes que están formados por cuadro sellos: la marca del fabricante, la de la ley, la ciudad de la oficina ensayadora y la letra correspondiente a la fecha: El primero, con las letra W.H. S., es la marca de la famosa platería que la fabricó, Willian Henry Sparrow. El segundo, con un ancla en su interior, nos certifica que se fabricó en la ciudad británica de Birmingham. El tercer punzón, con un león andando en su interior, nos certifica que es plata británica de 925 milésimas. Y el último, con la letra “i” es el más importante, ya que nos certifica que se fabricó en el año 1.908, según la tabla cronológica que conocemos para este tema.

Buena y bonita pieza original de más de cien años de antigüedad para coleccionistas y/o para un buen regalo.